Concierto: Radiohead en Chile

Generosos. Así podríamos definir al conjunto de Oxford luego de su venida a Chile.

Casi todos sus éxitos y melodías conocidas brillaron el Jueves 26 en el Estadio Nacional.

"Paranoid Android", "Karma Police", "Idioteque", "Creep", "Just", "The gloaming" y un largo etc, hicieron vibrar a las 26.000 personas que se congregaron en el recinto deportivo durante 2 horas y media.

Los padres están viejos:

La tarde partió con Casino, grupo nacional que cuenta con un tema conocido de la película "Promedio Rojo". Un recibimiento más que aceptable tuvo esta banda que, tal como ellos señalaron, estaban "para no hacer tan larga la espera por Radiohead".

Luego, a eso de las 19:00 hrs. se presentó Kraftwerk. Para ser francos, muy padres de la electrónica serán y obvia referencia para Radiohead, pero sus temas (todos centrados en un sólo tópico, por ejemplo, "Radioactivity", "Machine", "Numbers", repetido miles de veces etc) son desesperantes, y en realidad, hacían pensar en una tarde perdida de los 80´ jugando tetris o un precario Atari. En resumen, monofónico.

Desperfectos y perfección:

15 pasos fueron los que avanzaron los británicos para mezclarse con un público que los esperaba algo calmos, pero inquietos. "15 steps" abrió la jornada.

La verdad es que pudo haber sido una jornada perfecta, pero vamos, esos dos perros infiltrados que estaban en la parte Gold, hicieron presagiar que algo no andaba bien. Así fue como en "there there" falló uno de los monitores del grupo y el retorno se fue a cero. Thom Yorke se fue del escenario y algunos pensaron: "Bueno, fue corto, pero intenso".

Ed O´brian daba explicaciones y el cuadro parecía sacado de una tocata imberbe de barrio. Así de mal planificada.

Pero no. No fue ese el final de Radiohead en Chile. Mal que mal eran varios años esperando la venida de estos chicos.

Una luz de esperanza se abrigó cuando comenzaron a sonar de nuevo sus instrumentos y Yorke volvió a su puesto de frontman. Era la resucitación después de la tercera canción.

Luego todo fue éxitos. Allí estaba frente a nuestras almas, "Nude", del último disco, tan desnuda como nuestros sentimientos hacia ella. Una verdadera comunión de voces y desgarro.

"Nathional anthem" logró lo que no se había podido hacer antes producto del corte por los problemas técnicos: enardecer los ánimos, cantar sin voz y rabiar sin ira.

"Karma Police" no hizo más que rectificar que la entrada estaba bien pagada.

Pero, sin lugar a dudas, "Idioteque" y luego, "Bodysnatchers", hicieron bailar y delirar a unas pobres almas rendidas ante el juego de ilusiones del quinteto.

Más adelante, "Paranoid Android" sólo podía hacer descender los cuerpos hasta el sótano del infierno para luego elevarlos a la gloria más hierática con "Creep", aquel himno de los 90´, del outsider, del otro.

En definitiva, todos sus discos puestos a disposición del público, una escenografía que hacía parecer una película todo lo que sucedió. A mi se me pasó volando.

En una de esas las luces espectaculares, la voz de Yorke, las pantallas gigantescas, los efectos especiales, no eran más que reflejos de una aventura melódica futura. Como su música. Una mirada al futuro que se mezcla vertiginosamente con el presente y que se recuerda sólo con los sentidos, como el pasado.

Ciencia ficción pura.