miércoles, 23 de febrero de 2011

Libro: Vivir para contarla (2002)




“Estamos ante la novela de una vida a través de cuyas páginas García Márquez va descubriendo ecos de personajes e historias que han poblado obras como Cien años de soledad, El amor en los tiempos del cólera, El coronel no tiene quien le escriba o Crónica de una muerte anunciada y que convierten Vivir para contarla en una guía de lectura para toda su obra…” (Gentileza de Mondadori).

Partes de la vida de Gabriel García Márquez en un libro escrito por él. Así es, amigos, una autobiografía.
El tipo algo sabe de narrar así que la lectura se hace amena y nos podemos adentrar en la infancia , adolescencia y una pizca de adultez del escritor colombiano.
Entedemos que con esa familia era imposible que no fuera otra cosa que escritor. Y que con ese barrio y esas anécdotas, era improbable que no se convirtiera en otra cosa que en narrador principal del realismo mágico.

Son 579 páginas en total. De ellas 400 son prescindibles.
Claro, te enteras de cómo fue su familia, de sus 900 hermanos, sus amores, el periodismo, sus maestros, su estadía en la Facultad de Derecho por 3 años y su amor por la política. Quizás este último es el punto más prescindible. Lo digo pues los que no somos colombianos, no queremos tanto detalle de que sucedió allá. Lógicamente, las guerrillas que se producían fueron el escenario perfecto para plantear la magnífica “Cien años de soledad”, pero eso lo pudo haber sintetizado en … un párrafo.

Así entonces, lo que la contraportada señala es abiertamente un fraude, pues sólo conocemos su manera de escribir o la gestación de sus novelas de manera periférica y nunca como parte central de la trama. No así lo que sucede con la estupenda “Correr el tupido velo” de Pilar Donoso, donde devela uno a uno los embrollos psicológicos y literarios de los diarios de José Donoso a lo largo de su vida.
Si buscas conocer su vida, perfecto. Si buscas conocer su vida de escritor (como yo), esto no es lo mejor.

Una frase del libro que lo resume todo: “La historia es verídica, pero no es rara en una región y en un gremio donde lo más natural es lo asombroso”.

Como siempre, léala.

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