lunes, 28 de febrero de 2011

Humor en el Festival de Viña del Mar 2011


Cuatro fueron los humoristas que se presentaron en esta edición de Viña. De ellos, tres “triunfaron” y uno “fracasó”, pero a mi entender lo que fracasó rotundamente y sin apelación fue el humor en sí. Cliché, pero bueno, eso son los clichés, verdades.

No puede ser que tres de ellos (extrañamente los que “triunfaron”) basaran sus rutinas, unos más, otros menos, en garabatos , groserías y situaciones sexuales.
Como cualquier chileno, uso expresiones de grueso calibre como sonido incidental de mi vida cotidiana. Si me pego en un pié de seguro no diré: “Cáspitas que dolor siento yo ahora”, sino un largo y bien dicho “C…”. Pero cuando uno ocupa de esa manera aquellas palabras, no está haciendo humor (salvo que fueras masoquista, cuestión que sería problema tuyo).
Aunque aún así, el problema no fue ese.
Hace poco fui a ver a Coco Legrand en un espectáculo de humor que tiene. Y el tipo a cada momento dice un garabato. ¿Donde está la diferenta? Que Legrand no basa su rutina en el garabato. Lo ocupa como medio para rematar un chiste. Acaso para darle más gracia. Flores, Gordillo (en menor medida) y Gangas, usaron la grosería como remate, como objetivo del chiste y ahí, siento yo, que está el problema. No tanto porque a esa hora el Festival lo vieran niños, puesto que ellos después verían la rutina en Youtube, así que da lo mismo, sino porque revela una falta de ingenio de proporciones. Es como si nosotros como adultos que somos, nos riéramos a carcajadas de los golpes que se dan dos humoristas para sacar risas del respetable. No niego que sea una forma de humor, pero vaya que es básica. No aguanta más de una hora.

Se adujo también que el problema fue que se rieron de los homosexuales. A mi no me parece. Tal y como existen chistes de negros, blancos, cornudos, etc, etc, también pueden haber chistes de gay. No veo el problema. Lo que sí constituye una dificultad, es nuevamente, el poco ingenio al caracterizar a los gay. Una vez más, básico.

Entonces, en relación a ellos tres lo que faltó fue ingenio. Y no me digan que eso no existe en Chile, pues Kramer y Coco Legrand son pruebas vivientes de que existe.

Lo de Meruane es distinto, aunque calza un poco con esto del ingenio.
Evidentemente nervioso entró a la Quinta y saludó innumerables veces. Desde ahí todo raro. Pero lo que vino después fue espantoso. Agradeció en incontables ocasiones, se enojó con el público y lanzó la peor frase que un humorista chileno puede decir: Gracias por el apoyo al artista chileno, como si por ser chileno haya que reirse de todo lo que dice. ¿Dónde se vio tamaña tontera? Esa frase iluminada es de una falta de oficio tremendo. Hay ciertas cosas que no se dicen. Si hay un manual del humor, tiene que estar esa frase como la innombrable. Y otra situación que también es prohibida es tratar de hacer participar al público con una pregunta. Al principio fue el insistente: “Qué tal como estamos?", que ya sabrán como respondió el público. Pero después, cuando el espectáculo iba cuesta arriba, preguntó si había alguien bueno para tomar en la Quinta. El público como buena ave de rapiña dispuesta a seguir cocinando lento su cena, obviamente gritó fuerte: “¡NO!”. Terrible.
Lo que vino fue aún peor porque el cómico ya cansado, se da el lujo de enojarse con el público y señalar que Sting va a volver… pero en tres años más.
Alguien podría decir que el público quería que Sting volviera, pero eso no es así. Claramente todos queríamos seguir escuchando a Sting, pero el respetable le concedió generosos silencios que Meruane no supo aprovechar. Y aquí hay una crítica más de fondo. Porque puede ser que estés nervioso, que digas cosas incoherentes, que te frustres en plena actuación, que hayas desconcentrado al público con una peluca ridícula, que te rías como enfermo, pero lo que es imperdonable es que tus chistes no guarden una lógica mínima. No digo ya que sean entretenidos. Eso ya en sí es complicado, pero cuando a un chiste le falta estructura, eso es para preocuparse. Yo no, porque no soy humorista, pero el tipo sí. (Por ejemplo: el tipo va donde el psiquiatra y le dice yo soy homosexual. El doctor le dice: que amor…………………) Ahí faltó oficio.
Para que hablar de los chistes fomes. Yo creo que ni a un niño le he escuchado esos chistes (Por ejemplo: Un compadre tan curao que tiene cuenta en el banco BeBeUva). Complicado. Extraño en un gallo que es humorista desde hace 20 años. Una mala noche.

Aunque pensándolo bien, una mala semana para el humor chileno.

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