miércoles, 9 de marzo de 2011

Cine: La soga (1948)



Dirección: Alfred Hitchcock
País: U.S.A
Año: 1948.
Duración: 120 min.
Trailer: http://www.youtube.com/watch?v=VCFP6vDkSUE

Corría la década del 40 y el lenguaje cinematográfico se redefinía constantemente, se creaba y experimentaba en todas sus posibilidades. Y que mejor que apreciarlo en este film dedicado al atrevimiento y a la búsqueda de la expresión en este género con planos secuencias perfectamente ejecutados y una cámara elegante que nos hacía entender rápidamente el espacio físico donde transcurre todo el film.

Los perfectos cambios de planos dados por las acciones de los personajes o sencillamente por las narraciones que estos emitían, exactamente 8 planos equivalentes a todo el film y cada unos de estos iguales a una carga completa de película, la cual duraba aproximadamente entre 8 a 10 minutos.

Quien mas que Hitchcock nos podía deslumbrar de tal manera, con un reparto pequeño, solo una locación, pero con un guión tremendo y que suplía cualquier falencia.
Una fotografía muy bien realizada por William V. Skall y Joseph A. Valentine, quienes nos acomodan perfectamente a la apreciación del tiempo transcurrido solo por la luz del exterior. A esto agreguémosle los complejos movimientos de cámaras que no intervinieron nunca con la luz principal que apuntaba hacia el personaje y que por consecuencia no emitía ninguna sombra inapropiada.

El director nos sitúa en una problemática moral y ética sobre la muerte y el pensamiento de superioridad frente a otro ser, que sitúa a dos personajes como los protagonistas y “malos” de esta película, pero que al transcurrir el film el espectador empieza a sentir pena por estos y angustiarse cada vez que alguien esta cerca de abrir el cajón que contenía el cadáver. O sea nos maneja como espectadores, siendo que según nuestros preceptos sociales y parámetros sicológicos, entendemos un asesinato deliberado como sinónimo de malo o incorrecto, pero al final lo empezamos a justificar y a entender. Este genial control que aplica sobre cada uno que ve el film nos hace parecer unas simples marionetas y rehenes que nos acomodamos a cada emotividad que la película nos indica.

Sin duda un film genial, que nos atrapa desde el primer momento y nos induce a querer saber deseosamente el desenlace, un film asfixiantemente rico. Este nos sitúa en un mundo aparte donde todo puede pasar y donde todo explota en un final con 3 balazos al aire y una apertura de la ventana hacia el mundo real.

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